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#Glaucoma: vigilar la #hipertensión, primera medida para prevenirlo

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Según la Sociedad Española de Glaucoma (SEG), esta enfermedad afecta a más de un 3% de la población, y en sus fases iniciales es silenciosa y no muestra síntomas. Posteriormente, es habitual que la visión lateral o periférica se vea afectada, aunque puede no notarse.

Glaucoma

 

El único factor sobre el que se puede actuar para prevenir el glaucoma es la presión intraocular y acudir a revisiones oftalmológicas anualmente, especialmente a partir de los 40 años, es la mejor forma de detectar si esa presión es la adecuada. En esta recomendación coinciden todos los expertos, que coinciden en señalar en que el glaucoma, del que se celebra el día mundial este jueves, es la principal causa evitable de ceguera en España, junto a la diabetes.

Julio Maset, médico de Cinfa, ha explicado que “cuanto antes se detecta la hipertensión ocular o la pérdida de visión periférica, antes se puede actuar y evitar o frenar la aparición del glaucoma”. Si bien es cierto que, la principal causa del glaucoma se relaciona con un aumento de la presión intraocular, “no todas las personas con hipertensión ocular desarrollan glaucoma“, puesto que también intervienen otros condicionantes, como “la edad, tener antecedentes familiares, se diabético o tener miopía grave o la córnea menos gruesa de lo habitual”. Ahora bien, el experto insiste en que reducir esos niveles de tensión intraocular “es la mejor medida para evitar su aparición”.

Catalina Navarro, del Servicio de Oftalmología del Hospital Sanitas CIMA, hace hincapié en que “es preciso establecer un valor para la presión intraocular de cada paciente” y así “tratar de conseguir detener la progresión de la enfermedad”. Para ello, afirma que hay distintas opciones, como el empleo de colirios, la colocación de válvulas especiales y el tratamiento con láser Argón. Para los casos más complejos se puede incluso recurrir a la cirugía, “que será más o menos invasiva en función de la situación del paciente y el grado de avance de la enfermedad”, especifica.

Para medir la presión intraocular se emplean varios equipos tecnológicos, como afirman desde Sanitas, entre ellos, los tonómetros, oftalmoscopios, perímetros, retinoscopios, gonioscopios y paquímetros.

Causas

Desde el Hospital Nuestra Señora del Rosario, de Madrid, dicen que los mecanismos causantes de esta enfermedad no son muy conocidos. No obstante, defienden que la razón más frecuente de la elevación de la presión es un inadecuado funcionamiento de las estructuras que se encargan del drenaje del líquido que ocupa la parte anterior del ojo (humor acuoso). “La elevación de la presión intraocular junto con otros factores provoca un daño progresivo del nervio óptico que en estadios finales de la enfermedad puede llevar a la ceguera”, apunta Ramón Torres Imaz, Servicio de Oftalmología de este centro.

Primeros síntomas

Desde Cinfa sostienen que el glaucoma suele pasar desapercibido porque en sus fases iniciales no muestra síntomas, pero con el tiempo la visión lateral o periférica se ve afectada, aunque puede no notarse. Conforme evoluciona el glaucoma, la persona puede manifestar dificultades para leer, deslumbramiento o mala adaptación a la oscuridad. Posteriormente, pueden aparecer manchas borrosas en la visión, puntos ciegos y/o dificultad para encontrar objetos o conducir. “En los casos graves, conforme la pérdida de visión avanza, se ve perjudicada la visión central y se pierde la capacidad de reconocer caras o detalles finos, como letras. Al cabo de los años, puede producirse ceguera con pérdida total de la visión”, añade Maset.

Daño irreversible

Para Navarro, el problema radica en que cuando acude el enfermo acude al especialista “se ha perdido un tiempo muy valioso y un alto porcentaje de las fibras nerviosas de la retina han perdido su funcionalidad, por lo que el daño en el campo visual periférico es ya irreversible”.

En este sentido, Gonzalo Muñoz, director médico de Clínica Baviera, en Madrid, postula que una visita regular al profesional puede ayudar a detectar su aparición en la fase inicial, ya que un 90% de la ceguera provocada por glaucoma podría evitarse con un diagnóstico precoz”.

Tipos de glaucoma

La Academia Americana de Oftalmología recuerda que existen dos tipos de glaucoma

  • Glaucoma crónico de ángulo abierto: es el más común. “Se produce gradualmente, cuando el ojo no drena el fluido tan bien como debería (similar a una drenaje atascado). Como resultado, la presión del ojo aumenta y empieza a dañar el nervio óptico. Este tipo de glaucoma no es doloroso y no causa ningún cambio en la visión al inicio”, informa la academia americana en su web.
  • Glaucoma de ángulo cerrado (también llamado “glaucoma de ángulo estrecho”): aparece cuando el iris está muy cerca del ángulo de drenaje en el ojo, llegando a bloquearlo.

Decálogo para una buena salud ocular frente al glaucoma

  1. Revisar la vista con regularidad. Es primordial acudir regularmente a revisiones oftalmológicas, al menos una vez cada cinco años a partir de los 40 años y cada dos años, a partir de los 65.
  2. Seguir una dieta rica en antioxidantes y vitaminas a través de la dieta y si fuera necesario mediante  complementos alimenticios de arándanos y/o vitaminas, minerales y antioxidantes.
  3. Beber agua de manera abundante.
  4. Practicar ejercicio físico moderado y regular.
  5. No fumar. Está confirmado que el riesgo de padecer hipertensión intraocular y glaucoma aumenta en función del número de cigarrillos consumidos, por lo que es imprescindible abandonar este hábito.
  6. Controlar el estrés.
  7. Cuidar la postura al dormir. Si se tiene hipertensión intraocular, es recomendable elevar algunos centímetros la cabecera de la cama y evitar dormir boca abajo.
  8. Moderar el consumo de café.
  9. Adecuar el entorno a las necesidades del paciente: si se tiene glaucoma ajustar la iluminación a las necesidades visuales y evitar los accidentes utilizando contrastes de colores para ver mejor los objetos, señalizar las escaleras, etc.
  10.  Seguir la medicación indicada por el especialista.

#Día Mundial del #Alzheimer 2019: El 35% de los casos se asociarían con 9 #factores de riesgo modificables

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Controlar 9 factores de riesgo modificables podrían ayudar a reducir un tercio de los casos de Alzheimer, según los últimos estudios epidemiológicos. El 21 de septiembre se celebra el Día Mundial del Alzheimer.

 

El 35 por ciento de los casos de Alzheimer podrían relacionarse con la presencia de nueve factores de riesgo modificables, según ha explicado a DM Raquel Sánchez-Valle, secretaria del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología, a DM a propósito del Día Mundial del Alzheimer, que se celebra este sábado 21 de septiembre.

De esta forma, controlar la diabetes, la hipertensión arterial, la obesidad, el tabaquismo, el sedentarismo, la depresión, la inactividad cognitiva, la hipoacusia y el aislamiento social podrían prevenir entre 1 y 3 millones de casos de Alzheimer en el mundo, según apuntan estudios epidemiológicos.

“Si consiguieramos controlar esos factores de riesgo modificables podríamos reducir la incidencia de la enfermedad de Alzheimer en un tercio. Sabemos que pueden darse en edades muy precoces, como la escolarización, en edades medias y avanzadas, donde se puede incidir en el control del peso, de la diabetes o en la práctica del ejercicio físico…”, ha añadido Sánchez-Valle.

Sánchez-Valle se refiere a que cada factor tiene un peso sobre el Alzheimer en función de la edad. Por ejemplo, ya hay evidencia de que un nivel de educación más bajo, que se adquiere desde edades tempranas, tienen un mayor riesgo de desarrollar la patología. “Esto no ocurre tanto en la población española porque tenemos un alto nivel de alfabetización. En la edad media, la hipertensión y la obesidad y la perdida de audición, contribuyen al desarrollo tardío del Alzheimer, mientras que en edades más avanzadas el tabaquismo, el sedentarismo, la diabetes , la depresión o el aislamiento social son los factores de riesgo” con mayor impacto.

En esta misma línea de fomentar la prevención del Alzheimer y aumentar la conciencia social sobre los estilos de vida que pueden adaptarse para ello, la Fundación Pasqual Maragall continua con su campaña de concienciación Cuando te cuidas, el Alzheimer da un paso atrás.

No obstante, una vez instaurada la enfermedad, aún hay que tener en cuenta los factores asociados a un estilo de vida saludable y favorecer la práctica de actividad física, que permite mejorar el estado físico y conductual, la calidad de vida y obtiene beneficios motores, mientras que evitar el aislamiento social también es una forma de enlentecer la enfermedad.

Ondas electromagnéticas contra la desmemoria

La compañía de Arizona NeuroEM Therapeutics publica en Journal of Alzheimer’s Disease los resultados de un ensayo clínico en ocho pacientes que muestra la reversión del deterioro cognitivo en pacientes con Alzheimer leve a moderado después de solo dos meses de tratamiento con un dispositivo que emite ondas electromagnéticas transcraneales. El dispositivo tiene varios emisores que se activan secuencialmente y lo puede controlar fácilmente el cuidador. Permite una movilidad casi completa para las tareas domésticas.

En 2020 se espera contar con más datos cuando finalice el estudio Dian (Dominantly Inherited Alzheimer Network ) un estudio multicéntrico e internacional en sujetos con Alzheimer genético cuyo objetivo es prevenir la aparición de la patología, que coordina en su participación española Sánchez-Valle desde Hospital Clínico de Barcelona, tras cuatro años de seguimiento.

Detección precoz del deterioro cognitivo

Precisamente para detectar el deterioro cognitivo ligero antes de que se instaure la enfermedad de Alzheimer, la Sociedad Andaluza de Neurología (SAN) ha presentado la guía Recomendaciones para el manejo del Deterioro Cognitivo,  editada por Félix Viñuela, responsable del Grupo de Trabajo de Deterioro Cognitivo de la SAN, y en la que han participado más de una decena de neurólogos. “Esta guía constituye una herramienta esencial para que los profesionales sanitarios puedan realizar correctamente la tarea del diagnóstico precoz de las demencias”, ha explicado Viñuela.

A propósito del Día Mundial del Alzheimer, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) quiere poner en valor el trabajo multidisciplinar para tratar adecuadamente a la persona con Alzheimer. José Augusto García Navarro, presidente de la SEGG, ha llamado la atención sobre el abordaje de los pacientes que con frecuencia presentan otras condiciones crónicas en las cuales, es necesaria una visión integradora que incluya la valoración física, cognitiva, funcional, social y emocional centrada en la persona y en sus necesidades cambiantes.

El Alzheimer en España

Según la SEN en España 800.000 personas sufren Alzheimer. Esta patología no solo es la principal causa de demencia en el mundo, sino también la enfermedad que mayor discapacidad genera en personas mayores en España y, por lo tanto con uno de los mayores gastos sociales.

El coste medio de un paciente con Alzheimer oscila entre 17.100 y 28.200€ por paciente y año. Un coste, que aumenta con el empeoramiento cognitivo, llegando hasta los 41.700€ en los casos graves y, en los que una parte de los pacientes precisan institucionalización. La SEN estima que el coste total en España del tratamiento en pacientes mayores de 65 años es de unos 10.000 millones de euros anuales, lo que viene a representar el 1,5% del producto interior bruto nacional.

En España, entre un 3 y un 4% de la población de entre 75 y 79 años está diagnosticada de Alzheimer, unas cifras que aumentan hasta el 34% en mayores de 85 años. Además, la SEN estima que alrededor del 15% de la población mayor de 65 años padece deterioro cognitivo leve y que, en el 50% de los casos, sería debido a la enfermedad de Alzheimer.

Sánchez-Valle ha recordado que los dos últimos gobiernos han planteado la creación de un Plan Nacional de Alzheimer, una estrategia que se espera se ponga en marcha con la formación del próximo gobierno.

Ante los cuidados especiales que requieren los pacientes con Alzheimer, Serafín Romero, presidente de la Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial, ha afirmado que “consideramos que las prestaciones para apoyar tanto al enfermo como a su cuidador debían ser parte fundamental de nuestro catálogo de prestaciones”.

Un algoritmo de IA ayuda a identificar la fase preclínica del Alzheimer

Un equipo del Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), el centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, ha desarrollado un algoritmo de inteligencia artificial que, a partir de imágenes de resonancia magnética, facilita la identificación de personas candidatas a estudios de prevención de la enfermedad de Alzheimer. El proyecto ha sido uno de los 21 seleccionados de un total de 102 proyectos presentados al programa CaixaImpulse de La Caixa, que cuenta con la colaboración de Caixa Capital Risc y EIT Health.

“El proyecto prevé realizar una prueba de concepto en un entorno del mundo real y nos permitirá estudiar qué valor puede tener nuestra tecnología para la sociedad”, explica el Dr. Juan Domingo Gispert, jefe del grupo de Neuroimagen del BBRC y líder del proyecto. Esta prueba de concepto se hará a partir de datos recogidos de la cohorte Alfa+, que está formada por participantes del Estudio Alfa, impulsado por ”la Caixa”.

El nuevo algoritmo desarrollado por el equipo de Gispert permite identificar a personas con niveles anómalos de beta amiloide a partir de imágenes de resonancia magnética del cerebro, una técnica menos invasiva que las pruebas estándar -punción lumbar y tomografía por emisión de positrones (PET)-.

“Esta tecnología permite identificar qué personas necesitan realmente las pruebas estándar, que se realizan tras la resonancia, y en qué casos se pueden evitar”, ha dicho Gispert. Así, es posible detectar qué personas se pueden beneficiar de ensayos clínicos de prevención de forma más rentable. El uso de esta metodología permitirá reducir un 67% de las pruebas selectivas innecesarias y hasta un 50% los costes de reclutamiento de personas por estos estudios.

#“El 90% de los #ictus se evitaría con prevención adecuada”

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Inmaculada Roldán, coordinadora del Grupo de Trombosis Cardiovascular de la SEC, incide en la importancia de la adecuada prevención, que pasa por la corrección y tratamiento de los factores de riesgo modificables. En colaboración con Bristol-Myers Squibb.

El ictus es la primera causa de muerte en la mujer y también la que más discapacidades produce en la edad adulta, según datos de la Sociedad Española de Neurología. De hecho, cada 6 minutos se produce un ictus en España y cada 14 minutos afecta a una mujer, tal y como recuerda a DM Inmaculada Roldán, coordinadora del Grupo de Trombosis Cardiovascular de la Sociedad Española de Cardiología. “El 90% de los casos de ictus se podrían evitar con una adecuada prevención, que pasa por la corrección y tratamiento de los factores de riesgo modificables, como son HTA, diabetes, hipercolesterolemia, tabaquismo, obesidad, vida sedentaria, consumo de alcohol, terapias hormonales y enfermedades cardiacas previas”, apunta Roldán.

 

En su opinión, no existen programas nacionales que incidan en la detección, tratamiento y seguimiento de los riesgos. “Esto es aplicable tanto a la prevención primaria, es decir, cuando aún no se ha tenido un ictus, como a la secundaria, cuando sí se ha padecido. No hay olvidar que el hecho de haber sufrido un ictus es un factor de riesgo para padecer un segundo”, destaca.

En este sentido, Roldán insiste en que la fibrilación auricular también tiene una mayor prevalencia entre la población femenina: el 60% de los casos en mayores de 75 años son mujeres. “Por ello, es primordial instaurar un tratamiento anticoagulante correcto en la población femenina que, además, se asocia muy frecuentemente a la hipertensión, primer factor de riesgo relacionado con el ictus”, comenta. Sobre la puesta en marcha del Código Ictus, Roldán lo valora de forma positiva porque han conseguido que la mayoría de los pacientes que sufren un episodio sean atendidos con la mínima demora en centros con unidades de ictus. Así se reducen los tiempos de atención, lo que permite aumentar el número de sujetos tratados con trombólisis intravenosa, pasando del 3% inicial hasta alcanzar un 20% de los pacientes con infarto cerebral atendidos en urgencias. “La trombectomía, en los casos en que es posible, se ha convertido en la terapia de elección y, si es precoz, con resultados espectaculares en la recuperación neuronal; tiempo es cerebro: este debe ser el objetivo”. A su juicio, la aplicación del Código Ictus ha reducido un 50% la mortalidad en estos casos, pero todavía no existe un acceso homogéneo a este tipo de programas ni a la rehabilitación posterior, que a menudo no está disponible para todos los pacientes o se recibe con tal demora que compromete la recuperación funcional.

“El acceso a los anticoagulantes directos es desigual, creándose así una inequidad injustificable”

Otro ejemplo de inequidad territorial, según Roldán, es el tratamiento de la cardiopatía isquémica, y en concreto del infarto agudo de miocardio, primera causa de muerte en la población general y segunda en la mujer. “El Código Infarto y el acceso a la revascularización coronaria de forma primaria -instaurado hace más de una década- han cambiado la evolución de la enfermedad en nuestro país. Se ha disminuido la mortalidad y la morbilidad considerablemente en casi un 40%, y el ingreso hospitalario por infarto de miocardio no complicado se ha reducido a 2-3 días, con el consiguiente ahorro en el gasto sanitario”, explica. En cuanto a la salud de la mujer, esta cardióloga considera que la mortalidad es mayor en parte porque llegan más tarde a los programas de rehabilitación cardiaca. “Todavía existen cifras dispares de mortalidad intrahospitalaria por infarto de miocardio en nuestro país debido a la no implantación del Código Infarto en varias comunidades; un ejemplo es Canarias”.

Colaboración con ap

Con respecto al abordaje de la fibrilación auricular, factor de riesgo para sufrir un ictus, Roldán alega que las mujeres suelen estar peor tratadas que los hombres, y que “el acceso a los anticoagulantes directos es desigual en las distintas comunidades autónomas, con visados diferentes, creándose así una situación de inequidad en nuestro país injustificable. Así, en Madrid el porcentaje de empleo de anticoagulantes directos es del 31% frente a casi un 60% en Cantabria”. Para esta cardióloga las diferencias en el acceso a los anticoagulantes tienen repercusiones clínicas desfavorables en la evolución y pronóstico de los pacientes.

“La trombectomía, cuando es posible, se ha convertido en la terapia de elección”

En materia de prevención, la atención primaria se debe colocar en el centro de la estrategia de detección y tratamiento de los factores de riesgo. “Su trabajo es clave en el cambio de vida y adopción de hábitos saludables, como dieta y ejercicio. Además, la colaboración de primaria y especializada es clave en el seguimiento y control de los pacientes crónicos, la coordinación asistencial en el ámbito hospitalario y la continuidad de cuidados”, alerta Roldan. A su juicio, los centros de salud son el entorno idóneo para instaurar programas de detección oportunista de fibrilación auricular.

#El #zumo de tomate sin sal podría ayudar a reducir la #hipertensión y el #colesterol LDL (Food Sci Nutr)

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    • Noticias Médicas

Beber zumo de tomate sin sal disminuye la presión arterial y el colesterol LDL en adultos con riesgo de enfermedad cardiovascular, según un estudio publicado en Food Science & Nutrition.

En el estudio, 184 varones y 297 mujeres japoneses de entre 20 y 74 años de edad que tenían prehipertensión o hipertensión no tratada recibieron la instrucción de tomar toda la cantidad de zumo de tomate sin sal que quisieran durante un año.

Al final del estudio, la presión arterial en 94 participantes disminuyó significativamente: la presión arterial sistólica bajó de un promedio de 141.2 a 137.0 mmHg, mientras la diastólica bajó de un promedio de 83.3 a 80.9 mmHg.

Igualmente, los niveles de colesterol LDL en 125 participantes con esta fracción lipídica elevada disminuyeron de 155.0 a 149.9 mg/dl de media. Estos efectos beneficiosos fueron similares entre hombres y mujeres y también entre diferentes grupos de edad.

“Según nuestro conocimiento, el estudio actual es el primero en investigar los efectos de la ingesta de tomate o producto de tomate en los marcadores de riesgo de enfermedad cardiovascular en el transcurso de un año y en un amplio rango de edad”, escriben los autores.

Los tomates contienen una variedad de componentes bioactivos que los producen y sus productos, incluido el jugo de tomate, beneficioso para la salud, sobre todo, el licopeno es bien conocido por su fuerte actividad antioxidante y la inhibición de la oxidación de las LDL, que desempeña un papel clave en la iniciación y el desarrollo de la aterosclerosis. Varios estudios epidemiológicos han sugerido que el licopeno podría contribuir a la prevención de la aterosclerosis y las enfermedades cardiovasculares.

#Variar la hora de acostarse cada noche añade riesgo de #enfermedad metabólica

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Cada hora de variabilidad al acostarse puede suponer un riesgo añadido del 27% de trastornos metabólicos, según concluye un estudio epidemiológico en ‘Diabetes Care’.

Un horario irregular para dormir parece influir en el metabolismo como el sueño insuficiente.

Mantener horarios de sueño irregulares puede elevar el riesgo de obesidad, hipercolesterolemia, hipertensión, hiperglucemia y otros trastornos metabólicos. De hecho, por cada hora de variabilidad entre el momento de acostarse y el tiempo de dormir, una persona puede tener hasta un 27% más de probabilidades de experimentar alguna de estas alteraciones metabólicas. Así lo confirma un estudio, impulsado por el Instituto estadounidense del Corazón, Pulmón y Sangre (Nihlb), que se publica hoy en Diabetes Care.

“Muchos trabajos anteriores han demostrado la relación entre el sueño insuficiente y el mayor riesgo de obesidad, diabetes y otros trastornos metabólicos”, afirma uno de los investigadores del estudio, Tianyi Huang, epidemiólogo del Hospital Brigham and Women’s en Boston. “Pero no sabíamos mucho sobre el impacto del sueño irregular: cómo influye una gran variabilidad en la duración y el tiempo dormido día a día. Nuestra investigación muestra que, incluso después de considerar la cantidad de sueño que una persona duerme y junto a otros factores del estilo de vida, cada hora de diferencia de una noche a otra, o entre el tiempo que se duerme multiplica el efecto metabólico adverso“.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores han seguido a 2.003 personas de 45 a 84 años, que participaban en el Estudio Multiétnico de Ateroesclerosis (MESA) del Nihlb. Los participantes se estudiaron durante una mediana de seis años. Para asegurar la medición objetiva de la duración y calidad del sueño, utilizaron relojes de pulsera que registraban horarios de sueño. También mantuvieron un diario de sueño y respondieron a cuestionarios estándar sobre los hábitos relacionados con el estilo de vida y la salud.

Las personas con variaciones más dispares a la hora de acostarse y en el tiempo dormido presentaron una mayor prevalencia de problemas metabólicos, y estas asociaciones persistieron tras ajustar la duración promedio del sueño.

Los resultados prospectivos mostraron que las variaciones en la duración del sueño y la hora de acostarse precedieron al desarrollo de la disfunción metabólica. Según los autores, esto aporta pruebas que apoyan un vínculo causal entre el sueño irregular y la disfunción metabólica.

“Nuestros resultados sugieren que mantener un horario regular de sueño tiene efectos metabólicos beneficiosos”, aseguró Susan Redline, autora principal del estudio, y especialista de la División de Trastornos del Sueño y Circadianos en el Hospital Brigham and Women’s.

#Cardiólogos y #nutricionistas, claves en la terapia integral del #cáncer de mama

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Cardiólogos y expertos en Nutrición deben forman parte de la terapia integral del cáncer de mama, según han indicado los oncólogos que participan en el Congreso ESMO de Cáncer de Mama, en Berlín.

El cáncer de mama requiere también de la intervención cardiológica y nutricional.

El cáncer de mama es una enfermedad multifacética cuyo tratamiento puede afectar a la vida de las mujeres de muchas maneras diferentes. La quimioterapia, la radioterapia y los tratamientos personalizados son componentes clave del tratamiento estándar del cáncer de mama. “Entre los posibles efectos secundarios de estos tratamientos está la toxicidad cardiovascular, que debemos vigilar con especial atención, ha señalado Giuseppe Curigliano, de la División de Oncología de la Universidad de la Universidad de Milán, en Italia, que ha presentado las Guías de práctica clínica de ESMO sobre la toxicidad cardiovascular inducida por el tratamiento, que fueron diseñadas como una hoja de ruta para controlar el riesgo cardiaco en pacientes con cáncer, han hecho una contribución significativa en este campo”.

El experto, que ha presentado estas guías en el Congreso ESMO sobre Cáncer de Mama que se está celebrando en Berlín, Alemania, considera que “el cardiólogo es uno de los diversos especialistas que debería formar parte del equipo médico de cualquier paciente con cáncer de mama y siempre se debería realizar una evaluación cardiaca antes del inicio del tratamiento para identificar trastornos o factores de riesgo preexistentes”.

La diabetes y la hipertensión son factores de riesgo esenciales, pero otros relacionados con el estilo de vida, como el tabaquismo o la obesidad tienen un peso específico. “Tener sobrepeso u obesidad son factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares, no sólo para los pacientes con cáncer, sino para la población en general. Por lo tanto, cuando una mujer con sobrepeso es diagnosticada de cáncer de mama, es esencial que además de consultar a un cardiólogo sea remitida de inmediato a un nutricionista cualificado que pueda ayudarla a perder peso, llevar un estilo de vida saludable y mejorar su estado físico general”, ha enfatizado Curigliano.

Datos escasos de la intervención
Herramientas como las guías de la Sociedad Europea de Nutrición Clínica y Metabolismo (ESPEN por sus siglas en inglés) sobre nutrición en pacientes con cáncer han ayudado a estandarizar las prácticas, los datos científicos sobre la eficacia de la intervención nutricional en mujeres con cáncer de mama siguen siendo escasos. En un estudio se sometió a seguimiento a 204 pacientes con cáncer de mama precoz que recibieron recomendaciones dietéticas de un nutricionista poco después de que se les diagnosticara la enfermedad. Los resultados preliminares del estudio se van a presentar en el Congreso ESMO de Cáncer de Mama.

Después del diagnóstico de cáncer de mama, una mujer con sobrepeso debe ser remitida al cardiólogo y a un nutricionista cualificado que mejorarán su estado físico general

Luisa Carbognin, de la Universidad de Verona, Italia, y autora del estudio, señala que de la muestra de pacientes estudiada, más del 60% de las mujeres tenía sobrepeso o eran obesas y presentaban patrones alimenticios altos en grasas y bajos en fibra. Además, casi la mitad de las participantes en el ensayo tenían en el momento del diagnóstico un peso un 5% superior a su peso corporal habitual y la mayoría presentaba síntomas relacionados con la nutrición como estreñimiento o indigestión. Se prescribió quimioterapia neoadyuvante a 56 pacientes y quimioterapia adyuvante a 92 de ellas. En conjunto, alrededor del 80% de las pacientes recibieron tratamiento endocrino.

 

Mejoras en distintos parámetros
“Los análisis preliminares mostraron una correlación estadísticamente significativa entre un alto nivel de cumplimiento de las pautas dietéticas y la pérdida de peso. A su vez, la pérdida de peso pareció correlacionarse con menores tasas de depresión, las cuales las evaluamos usando el Cuestionario de calidad de vida de la Organización para la Investigación y el Tratamiento del Cáncer (EORTC QLQ-C30)”.

Carbognin también ha comentado que “estos resultados iniciales indican que el cumplimiento de las pautas dietéticas puede ser una herramienta eficaz para controlar el peso corporal. Para las mujeres con un peso corporal basal normal, el objetivo es mantener un peso y una forma física saludables durante el transcurso del tratamiento oncológico; por lo tanto, tiene sentido ofrecerles el apoyo de un nutricionista independientemente de su peso en el momento del diagnóstico”.

#La #cirugía bariátrica para la obesidad reduce algunos riesgos, pero aumenta otros

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La cirugía bariátrica reduce las tasas a largo plazo de hipertensión, diabetes de tipo 2 y otras comorbilidades relacionadas con la obesidad, pero estas ventajas deben ponderarse contra los riesgos de complicaciones quirúrgicas y la disminución de los efectos benéficos a más de 5 años del procedimiento.[1,2]

Estas son algunas de las conclusiones de dos estudios publicados el 16 de enero en JAMA, como parte de una edición enfocada en la obesidad.

Primero, un gran estudio de cohorte realizado por el Dr. Gunn Signe Jakobsen, del Morbid Obesity Centre, en el Vestfold Hospital Trust, en Tønsberg, Noruega, mostró que la cirugía bariátrica reduce el riesgo de hipertensión y otras comorbilidades relacionadas con la obesidad, pero también aumentó el riesgo de las complicaciones quirúrgicas en una mediana de 6,5 años.[1]

“El riesgo de presentar complicaciones debe considerarse al momento de tomar decisiones”, escriben el Dr. Jakobsen y sus colaboradores.

Por otro lado, en un estudio observacional más pequeño que siguió a los participantes durante 5 años, el Dr. Sayeed Ikramuddin, del Departamento de Cirugía, en la University of Minnesota, en Mineápolis, Estados Unidos, y sus colaboradores encontraron que los pacientes con diabetes de tipo 2 asignados de manera aleatoria a un bypass gástrico, además de cambios en el estilo de vida tuvieron significativamente mejores niveles de glucemia, colesterol y presión arterial, en comparación con los participantes asignados al tratamiento médico con cambios en el estilo de vida.

Sin embargo, debido a que el tamaño del efecto disminuyó a los 5 años, “se necesita un mayor seguimiento para comprender la duración de los beneficios”, dicen el Dr. Ikramuddin y sus colaboradores.

En otros artículos publicados en la misma edición de JAMA, según fue reportado por Medscape Noticias Médicas, los investigadores informan que el nuevo procedimiento bariátrico de la gastrectomía en manga parece ser una opción equiparable al bypass gástrico. La decisión sobre qué cirugía es mejor para cada paciente debe tomarse por el cirujano y el paciente en conjunto, y debe tomar en cuenta los riesgos y beneficios de cada opción, dicen. Otro informe mostró que los pacientes con obesidad severa que recibieron el “tratamiento habitual” tuvieron el doble de probabilidades de morir durante una media de 4 años de seguimiento, en comparación con los que se sometieron a una cirugía bariátrica.

Menos hipertensión y otras comorbilidades, pero más complicaciones

En el estudio de Noruega, que es más extenso, el Dr. Jakobsen y sus colaboradores analizaron la prevalencia de las comorbilidades relacionadas con la obesidad después de una cirugía bariátrica o un tratamiento médico especializado en 1.888 pacientes con obesidad severa (índice de masa corporal [IMC] ≥ 40, o ≥ 35 kg/m2 con al menos una comorbilidad de base).

En este estudio, los pacientes eligieron sus respectivos tratamientos. Aquellos que optaron por el tratamiento médico pudieron elegir entre un programa individual o grupal en la clínica para pacientes ambulatorios o en un centro de rehabilitación. Los que optaron por la cirugía eran significativamente más jóvenes y tenían un IMC más alto; de estos, el 92% se sometió a un bypass gástrico y el 7% se sometió a una gastrectomía en manga.

Para los resultados primarios, la remisión de la hipertensión (basada en los fármacos administrados) fue dos veces más probable con la cirugía, y el riesgo de hipertensión de nuevo inicio se redujo significativamente en un 60% en comparación con el tratamiento médico.

Criterios de valoración Riesgo absoluto, % Grupo quirúrgico
(n = 932)
Riesgo absoluto, % Grupo médico
(n = 956)
Diferencia de riesgo, % Riesgo relativo
Remisión de hipertensión 31,9 12,4 19,5 2,1
Hipertensión de nuevo inicio 3,5 12,2 8,7 0,4
Remisión de diabetes 57,5 14,8 42,7 3,9
Diabetes de nuevo inicio 0,3 7,5 7,2 0,07
Remisión de dislipidemia 43,0 13,2 29,8 2,6
Dislipidemia de nuevo inicio 1,1 6,4 5,3 0,3
Depresión de nuevo inicio 8,9 6,5 2,4 1,5
Uso de opioides de nuevo inicio 19,4 15,8 3,6 1,3
Cualquier cirugía gastrointestinal 31,3 15,5 15,8 2,0

Entre los resultados secundarios predefinidos, los pacientes tratados quirúrgicamente tuvieron tasas significativamente más altas de remisión para diabetes y dislipidemia, y menor riesgo generalizado de presentar estas patologías de nuevo inicio.

Sin embargo, los pacientes quirúrgicos también tuvieron mayor riesgo de presentar depresión de nuevo inicio y trastornos de ansiedad/sueño (riesgo relativo [RR]: 1,3) y tratamiento con opioides.

Y los pacientes quirúrgicos tuvieron un mayor riesgo de varias complicaciones relacionadas con el procedimiento, incluyendo la realización de un procedimiento quirúrgico gastrointestinal adicional y el dolor abdominal (26,1% frente a 13,5%; RR: 1,9).

Por el lado positivo, en el seguimiento a largo plazo, relativamente pocos pacientes presentaron deficiencias de vitaminas y minerales, desnutrición proteica, náuseas/vómito o hipoglucemia (< 3% para todos los casos).

Los beneficios para la diabetes persisten a los 5 años, pero se normalizan

El estudio más pequeño, del Dr. Ikramuddin y sus colaboradores, fue un estudio clínico aleatorizado observacional realizado en cuatro sitios en los Estados Unidos y Taiwán, que involucró a 120 pacientes con hemoglobina A1c (HbA1c) de 8.0% o superior, e IMC de 30,0 a 39,0 kg/m2.

Todos los pacientes recibieron intervención sobre el estilo de vida; 60 de ellos recibieron un manejo médico intensivo, mientras que los otros 60 se sometieron a un bypass gástrico.

Los pacientes fueron seguidos durante 5 años, en el punto en donde se obtuvieron datos de 43 participantes del grupo de tratamiento médico y 55 del grupo de bypass gástrico.

El criterio de valoración primario compuesto triple fue HbA1c menor de 7,0%, colesterol de lipoproteína de baja densidad inferior a 100 mg/dl y presión arterial sistólica menor a 130 mm Hg a los 5 años.

En el primer año después de la aleatorización, el criterio de valoración compuesto se logró en un 50% del grupo de bypass gástrico frente al 16% con tratamiento médico (p = 0,003).

El número de participantes que cumplió con el criterio de valoración compuesto disminuyó en ambos grupos del primer al tercer año y se normalizó entre el tercer y quinto año del estudio. En 5 años, las proporciones de pacientes que alcanzaron el criterio de valoración compuesto fueron del 23% para el grupo con bypass gástrico y del 4% para el grupo con tratamiento médico (p = 0,01).

Para la HbA1c específicamente, la diferencia neta del tratamiento a los 5 años fue del 1,6% (p < 0,001) para el grupo de bypass gástrico. Ambos grupos experimentaron una disminución sustancial de la HbA1c en el primer año – aunque fue mayor con la cirugía – seguida de rebotes graduales casi iguales en ambos grupos.

La remisión completa de la diabetes, definida como una HbA1c de 6,0% en todas las visitas durante 1 año sin tomar ningún medicamento hipoglucemiante, se logró en aproximadamente nueve participantes (16%) del grupo de bypass gástrico a los 2 años, pero disminuyó a 4 (7%) en el quinto año de seguimiento.

Un total de 66 y 38 eventos adversos ocurrieron en el grupo quirúrgico y el grupo de tratamiento médico, respectivamente, en 5 años. Catorce episodios de complicaciones quirúrgicas ocurrieron en el grupo quirúrgico, mientras que casi el mismo número (15 del grupo de bypass y 16 del grupo de tratamiento médico) experimentaron eventos gastrointestinales.

Las fracturas óseas, reportadas previamente a los 3 años, no se observaron en el tercer y quinto año de seguimiento.

La deficiencia de vitamina B12 estuvo presente en dos participantes (4%) del grupo de bypass gástrico y en uno (3%) del grupo de tratamiento médico. Tres participantes (6%) en el grupo de bypass gástrico presentaron anemia, frente a ninguno en el grupo de tratamiento médico.

“Es importante considerar los efectos adversos asociados con el tratamiento quirúrgico”, concluyen el Dr. Ikramuddin y sus colaboradores.

El Dr. Jakobsen recibió fondos del Vestfold Hospital Trust. El Dr. Ikramuddin es miembro del consejo asesor para Novo Nordisk, USGI Medical y Medica, consulta con Metamodix y recibe subvenciones de Medtronic, ReShape Medical y apoyo institucional de EnteroMedics.

#La #microbiota intestinal puede ayudar a proteger frente a la #hipertensión (Nature)

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Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (Estados Unidos) y el Centro de Medicina Molecular Max-Delbruck de Berlín (Alemania) han descubierto una cepa de bacterias que conforman la microbiota intestinal que podría evitar que una dieta rica en sal induzca una respuesta inflamatoria relacionada con la hipertensión arterial.

Su trabajo, cuyos resultados se publican en Nature, ha demostrado que tanto en ratones como humanos las dietas ricas en sal reducen la población de determinadas bacterias beneficiosas y, como resultado, aumenta la presencia de unas células inmunes proinflamatorias llamadas Th-17, que se han relacionado con la hipertensión arterial.

Pero al mismo tiempo, también vieron que con un tratamiento probiótico se pueden revertir estos efectos. No obstante, los autores aclaran que esto no abre la vía a que los hipertensos puedan tomarse la licencia de consumir sal sin límites, siempre que puedan luego recurrir a esta alternativa.

“Creo que hay algo prometedor en el desarrollo de probióticos que podrían estar dirigidos a corregir algunos de los efectos de una dieta rica en sal, pero las personas no deberían pensar que podrán comer pueden comer comida basura y luego tomarse un probiótico”, ha señalado el director del Centro de Microbioma Informática y Terapéutica del MIT, Eric Alm, autor de la investigación.

Los científicos saben desde hace tiempo que una dieta rica en sal puede provocar enfermedades cardiovasculares ya que, a medida que el sodio se acumula en el torrente sanguíneo, el organismo retiene más líquido para diluirlo, y el corazón y los vasos sanguíneos tienen que trabajar más para bombear el volumen extra de agua. Este proceso puede endurecer los vasos sanguíneos, con el consiguiente riesgo de hipertensión, infarto e ictus.

En un primer estudio los científicos alemanes, liderados por Dominik Muller, descubrieron que el sistema inmune está implicado en este proceso, comprobando que la sal aumenta la población de células inmunes Th-17, que estimulan la inflamación y pueden causar hipertensión. Asimismo, el exceso de sal en ratones puede derivar en el desarrollo de una enfermedad autoinmune similar a la esclerosis múltiple.

Mientras tanto, el laboratorio de Alm evaluó en humanos las interacciones de los microbios intestinales con poblaciones de diferentes tipos de células inmunes. De este modo, encontraron que el equilibrio entre las células proinflamatorias como las células Th-17 y las antiinflamatorias está influenciado por la composición de la microbiota intestinal.

Asimismo, los investigadores también descubrieron que los probióticos pueden inclinar este equilibrio a favor de las células antiinflamatorias.

En este nuevo trabajo, ambos equipos se unieron para determinar cómo una dieta rica en sal afectaría a la microbiota y ver si esos cambios podrían estar relacionados con los efectos perjudiciales para la salud de dicha dieta.

Durante dos semanas, los investigadores alimentaron a los ratones con una dieta en la que el cloruro de sodio (sal de mesa) representaba el 4% de lo que los animales comían, en comparación con el 0,5% para los ratones con una dieta normal. De este modo, descubrieron que esta dieta conducía a una disminución en la población de un tipo de bacteria llamada Lactobacillus murinus.

Estos ratones también tenían una mayor población de células Th-17 inflamatorias y su presión arterial subió. Cuando esto sucedió se les administró un probiótico que contenía esta bacteria y las poblaciones de Th-17 disminuyeron y la hipertensión se redujo.

Seguidamente iniciaron un estudio con 12 voluntarios humanos, en los que vieron que añadir 6.000 mg de cloruro sódico por día a la dieta de los sujetos, durante un período de dos semanas, también cambiaba la composición de las bacterias en el intestino.

Asimismo, las poblaciones Lactobacillus disminuyeron y la presión arterial de los sujetos aumentó junto con los niveles de células Th-17. Pero cuando se les administró un probiótico disponible comercialmente durante una semana, antes de seguir una dieta rica en sal, sus niveles de lactobacillus en el intestino y la presión sanguínea se mantuvieron normales.

No obstante, los autores admiten que todavía no está claro exactamente cómo las células Th-17 contribuyen al desarrollo de la presión arterial alta y otros efectos nocivos de una dieta alta en sal. “Estamos aprendiendo cómo el sistema inmunitario ejerce un gran control sobre el cuerpo, más allá de lo que generalmente consideramos como inmunidad”, ha explicado Alm.

Los investigadores esperan que sus hallazgos, junto con futuros estudios, ayuden a arrojar más luz sobre el mecanismo por el que una dieta alta en sal influye en la enfermedad. “Si logramos descubrir los detalles moleculares completos de lo que está sucediendo, será más probable que las personas sigan una dieta saludable”, concluyen.

#El #American College of Cardiology y la #American Heart Association emiten nuevas guías más rigurosas sobre la #hipertensión

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Susan Jeffrey

ANAHEIM, USA. El American College of Cardiology (ACC), y la American Heart Association (AHA) han dado a conocer una nueva guía sobre la hipertensión, con una definición que designará como hipertensión en etapa 1 cifras de 130 a 139 mm Hg en la presión sistólica, u 80 a 89 mm Hg en la diastólica.

Oficialmente, el documento de las guías de “ACC/AHA/AAPA/ABC/ACPM/AGS/APhA/ASH/ASPC/NMA/PCNA de 2017 para prevención, detección, evaluación y tratamiento de la hipertensión arterial en adultos” incluye nuevas recomendaciones sobre la definición de hipertensión, umbrales de presión arterial sistólica y diastólica para iniciar el tratamiento con medicamentos antihipertensivos, y un nuevo objetivo intensivo en el tratamiento de la presión arterial.

Las guías se dieron a conocer en el Congreso de la American Heart Association (AHA) 2017, y fueron publicadas simultáneamente en Journal of the American College of Cardiology,[1] y en la revista científica de la American Heart Association Hipertension.[2]

“El objetivo fue proporcionar una guía exhaustiva para diagnóstico, prevención, evaluación, tratamiento y, lo más importante, estrategias para mejorar las tasas de control durante el mismo”, manifestó en una rueda de prensa el presidente de las Guías Prácticas sobre Hipertensión 2017, Dr. Paul Whelton (Tulane University School of Public Health and Tropical Medicine, Nueva Orleans, Estados Unidos).

El Dr. Whelton puntualizó 5 áreas principales resaltadas en la nueva guía:

  • Un fuerte énfasis en la medición de la presión arterial, tanto en la exactitud de las mediciones, como en el empleo del promedio de cifras obtenidas durante varias consultas, así como el hecho de resaltar las determinaciones de la presión arterial fuera del consultorio, “lo cual es relativamente nuevo para una guía sobre presión arterial”.
  • Un nuevo sistema de clasificación de la presión arterial, que actualiza las guías previas del Seventh Report of the Joint National Committee on Prevention, Detection, Evaluation and Treatment of High Blood Pressure(JNC7). “Consideramos que la evidencia respaldaba un sistema de clasificación ligeramente nuevo”.
  • Un nuevo enfoque en la toma de decisiones para el tratamiento, que incorpora el riesgo cardiovascular subyacente.
  • Cifras de presión arterial más bajas establecidas como objetivo durante el tratamiento de la hipertensión.
  • Estrategias para mejorar el control de la presión arterial durante el tratamiento, con énfasis en los enfoques en el estilo de vida.

Dr. Paul Whelton

La definición de la presión arterial normal no se ha modificado con respecto al documento previo, observó el Dr. Whelton, pero las nuevas guías eliminan la clasificación de la prehipertensión, y dividen las cifras de presión arterial previamente consideradas prehipertensión, en presión arterial elevada, con una presión sistólica de entre 120 y 129 mm Hg, y una diastólica de menos 80 mm Hg, e hipertensión en etapa 1, que ahora definen como una presión sistólica de 130 a 139 mm Hg, o una diastólica de 80 a 89 mm Hg.

#El #corazón de las personas con #obesidad sufre una #sobrecarga de trabajo

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Se vuelve prematuramente ‘viejo’.

El corazón de las personas con obesidad sufre una sobrecarga de trabajo, hipertensión y se vuelve ‘viejo’, tal y como ha explicado el experto en Cirugía de Obesidad y Diabetes de los hospitales del Grupo HLA, HLA La Vega en Murcia y HLA Universitario Moncloa en Madrid, Miguel Ángel Escartí.
Y es que, prosigue, aunque en estos pacientes el corazón como bomba sigue siendo el mismo, necesita mover más sangre a más volumen de tejido, una sobrecarga que reacciona (como cualquier músculo) aumentando su tamaño, sobre todo en el ventrículo izquierdo, lo que puede derivar en una insuficiencia cardiaca.
Por mecanismos no relacionados en su totalidad con el corazón, la obesidad suele generar hipertensión, lo que supone un aumento significativo del trabajo cardíaco. Lo que implica mayor sobrecarga. Además, el corazón se vuelve ‘viejo’, es decir, tiene una edad superior a la real, porque las arterias que lo alimentan se van obstruyendo por la arterioesclerosis y porque el músculo se va deteriorando”, ha señalado el experto.
De hecho, estudios han demostrado que la obesidad es un importante factor de predicción de la enfermedad cardiovascular, independientemente de otros factores como la edad, niveles de colesterol o diabetes. Además, la obesidad se asoció a otros factores de riesgo que también influyen en la mortalidad cardiovascular como la hipertensión, hipercolesterolemia y la diabetes.
“La pérdida de un 10% del peso corporal, dejar de fumar, caminar regularmente y cuidar la tensión arterial y el nivel de colesterol y triglicéridos mejoran sensiblemente la función cardíaca. Los endocrinólogos, internistas, nutricionistas y psicólogos de los hospitales HLA podemos ayudar al paciente en este proceso. En el peor de los casos, si el paciente padece una obesidad muy importante y una cardiopatía grave, la cirugía de la obesidad mórbida puede realizarse en el 90% de los casos”, ha zanjado el Dr. Escartí.