calidad de vida

#El #ejercicio mejora el #riesgo cardiovascular y la #calidad de vida en pacientes con #cáncer de próstata (BJU Int)

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Investigadores de la Universidad de Northumbria y de la Universidad de East Anglia (Reino Unido) han demostrado que el ejercicio podría ayudar a los enfermos de cáncer de próstata a punto de iniciar la terapia de privación de andrógenos (ADT).

El tratamiento inicial implica el uso de fármacos o cirugía para reducir el nivel de andrógenos, que las células cancerosas de la próstata suelen requerir para multiplicarse.

“El problema es que la ADT tiene varios efectos secundarios, incluyendo el aumento de la grasa corporal, la disminución de la condición física cardiopulmonar y el aumento de la fatiga. Esto puede aumentar el riesgo de un evento cardiovascular y reducir la calidad de vida relacionada con la salud”, explica Anthony Leicht, uno de los responsables de la investigación, que se ha publicado en el British Journal of Urology.

El equipo examinó a 50 personas para ver si las sesiones de ejercicio supervisadas podían ayudar a reducir los efectos secundarios del ADT y cuánto tiempo duraban los beneficios después de que se retiraba la supervisión del ejercicio. El grupo de ejercicio completó tres meses de entrenamiento supervisado de ejercicios aeróbicos y de resistencia que implicaban dos sesiones semanales de 60 minutos, seguidas de tres meses de ejercicio autodirigido.

Según sus hallazgos, los programas de ejercicio produjeron beneficios sostenidos en el perfil de riesgo cardiovascular y la calidad de vida de los pacientes. Sin embargo, las diferencias en la condición física cardiopulmonar y la fatiga no continuaron después de que el período de ejercicio supervisado terminara.

“Lo importante, y diferente de la mayoría de los otros estudios, fue que los pacientes comenzaron el programa de ejercicios antes de que comenzara el tratamiento de ADT. Otros estudios han examinado a pacientes que ya estaban en tratamiento. En segundo lugar, hicimos un seguimiento durante el período de ejercicio autodirigido y encontramos que algunos de los beneficios eran continuos”, apunta Leicht.

Mantener el programa de ejercicios fue importante porque los efectos secundarios del ADT continúan desarrollándose después de los primeros tres meses de tratamiento. “En las personas mayores a menudo vemos reducciones en la fuerza y la función física solo tres meses después de detener el ejercicio supervisado. Pueden dejar de hacer ejercicio por razones de costo u otras razones. Un enfoque más pragmático como el ejercicio en casa o un período más corto de supervisión con apoyo remoto de seguimiento podría ayudar a sortear estas restricciones y proporcionar beneficios mensurables a los enfermos de cáncer de próstata”, concluye el investigador.

#Una #pérdida de peso del 20% mejora la #calidad de vida y reduce el #dolor en personas con #artrosis de rodilla (Arthritis Care Res)

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  • Noticias Médicas

Previamente se ha demostrado que las personas con sobrepeso y obesas con artrosis de rodilla pueden reducir el dolor en un 50% y mejorar significativamente la función y la movilidad con una pérdida de peso del 10% o más durante un periodo de 18 meses.

Nuevos hallazgos publicados en Arthritis Care & Research revelan que un 20% o más de pérdida de peso proporciona el beneficio adicional de la mejora continua en la calidad de vida relacionada con la salud física junto con una reducción adicional del dolor y la mejora del 25% en la función.

Los resultados provienen de un análisis secundario de grupos que siguieron solo una dieta y otros que además de la dieta hicieron ejercicio en el ensayo controlado aleatorizado Dieta Intensiva y Ejercicio para la Artritis (IDEA). Se dividió a un total de 240 adultos mayores con sobrepeso y obesos con dolor y artrosis de rodilla en cuatro grupos de acuerdo con la pérdida de peso lograda en un periodo de 18 meses: menos del 5%; entre el 5 y el 9,9%; entre el 10 y 19,9% y 20% y más.

Los científicos encontraron que cuanto mayor era la pérdida de peso, mejores resultados tenían los participantes en términos de dolor, función, distancia que podían andar en 6 minutos, calidad de vida relacionada con la salud física y mental, fuerza de compresión de la articulación de la rodilla e IL-6. Además, al comparar los dos grupos más altos, el grupo del 20% tenía un 25% menos de dolor y una función mejor que el grupo del 10% y significativamente mejor calidad de vida relacionada con la salud.

“Actualmente, no existe un tratamiento que desacelere la progresión o prevenga esta enfermedad debilitante, por lo tanto, la investigación se ha centrado en mejorar los resultados clínicos importantes para el paciente”, afirma el autor principal Stephen Messier, de la Universidad Wake Forest, Estados Unidos.

“Una pérdida de peso del 10% es el objetivo establecido recomendado por los Institutos Nacionales de Salud como una pérdida de peso inicial para los adultos con sobrepeso y obesos. La importancia de nuestro estudio es que una pérdida de peso del 20% o más -el doble del estándar anterior- lleva a mejores resultados clínicos, y se puede lograr sin intervención quirúrgica o farmacológica”, concluye.

#Robots, #chips y# aplicaciones mejorarán la #calidad de vida de las #personas mayores

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Robots, chips y aplicaciones mejorarán la calidad de vida de las personas mayores en las próximas décadas gracias a los avances de la bioingeniería, según han concluido expertos reunidos en la jornada B-Debate centrada en mejorar la calidad de vida de los ancianos y que ha estado promovida por Biocat y la Obra Social La Caixa.

Expertos de diferentes ámbitos han presentado proyectos como robots asistenciales, aplicaciones móviles, nuevas herramientas de diagnóstico y soluciones en medicina regenerativa encarados a mejorar los sistemas y el bienestar de las personas.

Los mayores sufren más enfermedades que el resto y muy a menudo son patologías crónicas, “que en los próximos años harán aumentar en más de cuatro puntos del PIB los gastos del bienestar de la gente mayor”, ha explicado el director corporativo de Investigación y Estrategia de la Fundació Bancaria La Caixa, Àngel Font.

Ante estas cifras, ve necesario apostar por la investigación con la unión de las ciencias básicas y las ciencias de la vida junto a la ingeniería, pero también promover los esfuerzos éticos y sociales para que las mejoras puedan aplicarse en el día a día de los enfermos.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre los años 2000 y 2050 se duplicará el número actual de personas de más de 60 años, implicando que una de cada cinco superará esta edad dentro de 30 años.

El envejecimiento es uno de los retos más importantes de la sociedad y el paradigma de la tercera edad está cambiando, implicando la necesidad de personalizar más el diagnóstico, ha explicado el director del Instituto de Bioingeniería de Catalunya (IBEC), Josep Samitier.

La opción de los trasplantes de órganos es cada vez menos factible, ya que actualmente hay menos donantes de calidad; ante esta realidad la bioingeniería opta por la medicina regenerativa para reparar tejidos y órganos dañados a causa del envejecimiento.

Investigadores del IBEC trabajan con una bioimpresora 3D para conseguir crear riñones e injertos cardíacos que puedan regenerar las partes muertas de los corazones que hayan sufrido infartos.

Samitier ha explicado que la investigación avanza para que las personas mayores no tengan que desplazarse al hospital con tanta frecuencia, apostando por la monitorización de la salud a partir de las aplicaciones móviles.

El IBEC y el Hospital Clínic han creado la app Health4Sleep para que las personas que sufren apneas de sueño puedan seguir las características de su respiración, movimientos y ronquidos incorporando un dispositivo móvil en su abdomen.

La investigadora Belén Rubio ha presentado el juego Rehabilitation Gaming System, un sistema que mejora la recuperación de pacientes que han sufrido un ictus y que apuesta por la realidad virtual para hacer un seguimiento de la motricidad de las extremidades de las personas.

En la jornada también se presentó un chip para detectar diferentes enfermedades que permite saber si el origen de un ictus es una hemorragia o una trombosis.

#Manejo de #cáncer en #pacientes de edad avanzada, un reto para el #oncólogo

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Nelly Toche

QUERÉTARO, MEX. Los pacientes de edad avanzada tienden a subtratarse y subclasificarse, en comparación con pacientes jóvenes, situación que, aunque varía dependiendo de la institución, ocurre en todo el mundo, por lo que actualmente el interés por atender oncología geriátrica parece ser un tema más personal, aseguró el Dr. Charles Balch, del University of TexasMD Anderson Cancer Center, en Houston, Estados Unidos.[1]

Dr. Charles Balch

Las áreas de experiencia clínica del Dr. Balch incluyen cáncer de mama, dermatopatología, melanoma, cáncer de piel, y oncología quirúrgica; el especialista, considerado autoridad en la materia, está decidido a llevar el mensaje de la importancia de la oncogeriatría a todos sus colegas.

“Si hoy yo estuviera enfermo, muchos doctores me habrían excluído de todas las pruebas clínicas en Estados Unidos, por mi edad cronológica, porque automáticamente eliminan a personas de más de 70 años, sin embargo, fisiológicamente tengo menos de 60, porque incluso soy capaz de escalar una montaña, y resistir cualquier operación que necesitara, aquí lo relevante consiste en que debemos redoblar esfuerzos para diagnosticar a los pacientes, no en base a su edad cronológica, sino a la fisiológica”.

Durante la ponencia: “¿Por qué el manejo quirúrgico no es igual en el paciente joven que en el paciente de edad avanzada?”, en el 35 Congreso Nacional de Oncología, el Dr. Balch incluyó ideas muy puntuales para reflexionar:

  • Comprender la historia natural de los cánceres que varían con la edad. La oncología geriátrica hoy es una especialidad.
  • Actualmente la anestesia es mucho más segura, incluso en pacientes que no tienen comorbilidad, y que están en sus 80 o 90 años de edad, “hacer anestesia segura amplía en gran medida los límites de los procedimientos quirúrgicos”.
  • Herramientas predictivas sobre morbilidad y mortalidad quirúrgica están a nuestro alcance. Contamos con literatura que señala que en cuanto a fisiología, a edad temprana se tienen muchas reservas funcionales que disminuyen en algunas personas a medida que envejecen, sin embargo, si se observa el porcentaje de pacientes con base a comorbilidad, 60% de aquellos de 80 años no tiene comorbilidad significativa, por tanto, el reto para el médico consiste en distinguir a los pacientes con comorbilidad significativa. En  los demás no hay impedimento para darles tratamiento completo.[2]
  • Ya no es relevante ni válida la literatura más antigua sobre pacientes de edad avanzada y no tiene validez.

Sobre esta disparidad de sobrevida específica, el especialista manifestó que desafortunadamente existen muchos ejemplos.

En un estudio en Reino Unido sobre cáncer de mama y de colon, la mayoría de los diagnósticos se hicieron en pacientes de edad igual o mayor a 75 años. De esta población, solamente a 11% de pacientes de cáncer de mama y 31% con cáncer de colon, se les dio el tratamiento de personas de menor edad, por supuesto, la tasa de sobrevida fue mínima, ya sea por comorbilidad, o debido a que no se les trató adecuadamente.[3]

En otro documento sobre subtratamiento, los pacientes más jóvenes tuvieron menor muestreo axilar, menos mastectomías, y menos terapia de radiación adyuvante, pero más tratamiento hormonal; en general, 51% de los pacientes recibió subtratamiento con criterios convencionales; 44% de los que recibieron tratamiento, progresó, y eventualmente murió por su enfermedad.[4]

El especialista también mencionó a Suiza, indicando que “esta es una nación que tiene acceso universal a cuidados médicos, pero incluso aquí se encontró que hay una evaluación de diagnóstico incompleta, y subutilización de terapia de radiación, así como cirugías en pacientes de mayor edad”.[5]

Al mostrar estos ejemplos, el especialista manifestó que la idea fundamental es “terminar este sesgo con base en una fecha de nacimiento, y tratar a los pacientes con base en su edad fisiológica”.

Asimismo, señaló que, en general, a nivel mundial estamos en riesgo de subtratar a pacientes con cáncer, debido a que existe más preocupación por la comorbilidad, y sobretratamiento, donde la fragilidad no se toma en cuenta.

Existe una gran cantidad de predictores de mortalidad y morbilidad quirúrgica que se puede utilizar para evaluar pacientes, y asignarles un riesgo para una operación en particular, en estas semanas la American Cancer Society publicó una revisión acerca de la fragilidad y el cáncer, donde se menciona que el concepto de la fragilidad se está convirtiendo en el problema más importante para los cuidados de salud, el cual es de suma relevancia en pacientes con cáncer.[6]

En este sentido, el Dr. Balch señaló que este estado oncogeriátrico es complejo, multidimensional, y cíclico, de reserva fisiológica reducida, con resultados de decremento en la resiliencia, y capacidad adaptativa, además de que reviste un aumento en la vulnerabilidad a los estresantes (cirugía, enfermedades infecciosas) con resultados deficientes.

No solamente las comorbilidades tienen relación con la fragilidad acumulativa, “son distintos aspectos que se integran para determinar la vulnerabilidad del paciente (movilidad, función, energía, nutrición, enfermedades, vulnerabilidad social, estado de ánimo, y cognición)”, agregó el Dr. Balch.

Además, dijo que no se debe descartar la necesidad  de simetría en el cuerpo de algunos pacientes, pues esto será parte de la calidad de vida, por lo que se debe ofrecer cirugía oncoplástica o reconstructiva, “estas posibilidades no se deben excluir con base en la edad cronológica o de nuestra propia percepción como médicos”. Como parte de las herramientas compartidas por el especialista, señaló que el American College of Surgeons también ha desarrollado un calculador en línea, incluido en su programa de mejora de calidad, el cual predice el riesgo de complicaciones quirúrgicas, “siendo miembros del Colegio, se puede utilizar libremente”.

Por último, el Dr. Balch indicó que los médicos deben estimar cuál es la mayor limitante en la vida de los pacientes, ya sea el cáncer o la morbilidad, y eso puede requerir de un consejo multidisciplinario donde participen médicos y oncólogos también, además de involucrar al paciente.

Terapia blanco e inmunoterapia

Dra. Elizabeth Escobar Arriaga

Por su parte, la Dra. Elizabeth Escobar Arriaga, oncóloga del Hospital Ángeles del Pedregal, en la Ciudad de México, México, aseguró que para esta población hay aspectos a considerar para el tratamiento de terapia blanco e inmunoterapia.

“A pesar de que tenemos evidencia científica poco global en este grupo etario, todos nos hemos enfrentado a pacientes oncológicos a esta edad [avanzada], con un diagnóstico tardío”. La Dra. Escobar Arriaga los llamó “la mayoría invisible”, ya que más de 60% de los pacientes con cáncer ocurre en personas mayores de 65 años de edad,[7] lo que indica, según estimaciones de Globocan, que en las próximas décadas “este grupo etario va a aumentar de tal forma que vamos a tener pacientes con cáncer en edades mucho más avanzadas”.

Además, cuando revisamos los estudios de fases 2 y 3, nos damos cuenta que solo de 25 a 30% de los pacientes incluídos en estos ensayos corresponde a pacientes de más de 65 años de edad.

¿Qué factores debemos considerar en estos pacientes?

“Un aspecto que se considera de forma importante, es la calidad de vida, por lo que la toxicidad se vuelve relevante en este grupo de pacientes”.

Es un hecho que la terapia en pacientes oncológicos ha cambiado desde la era molecular, sumándose en el año 2000 muchos medicamentos, anticuerpos y fármacos de inmunoterapia, que han proporcionado un beneficio muy claro en la sobrevida global de los pacientes, pero ¿esta sobrevida global está llegando a este grupo de pacientes?

Está claro que existe el envejecimiento del sistema inmunológico, el cual no podemos evitar, se trata de la inmunosenescencia, que se debe a una disfunción de la respuesta inmune, lo cual mantiene una exposición crónica, antigénica, que con el paso del tiempo hace que la persona tenga una inflamación de bajo grado de forma crónica, esto puede producir un daño tisular y celular que lleva a un escape de la inmunovigilancia, y de tal forma, a un desarrollo tumoral, es por esto que la inmunosenescencia se relaciona mucho con mayor prevalencia de enfermedades infecciosas autoinmunes, y producción de tumores.[8]

Cuando se habla de este envejecimiento del sistema inmunológico, surge la interrogante acerca de cuál es su impacto, y qué se espera de este. Se sabe que para una respuesta antitumoral es necesario tener un aumento de los antígenos tumorales, lo que son las células presentadoras de estos antígenos, principalmente los macrófagos, y las células más importantes de activación, y que van a regular esta respuesta antitumoral, son los linfocitos T, que desempeñan un papel importante desde la producción, maduración, transporte al tumor, identificación del antígeno, y producción de la lisis tumoral.

Cuando se habla de inmunosenescencia, sabemos que todos los pasos involucrados en una respuesta antitumoral están afectados, los macrófagos alterados no son capaces de presentar el antígeno, existe una disminución en la producción de los linfocitos T que conlleva menor maduración y activación, de tal forma que no existe una respuesta adecuada.[9,10]

Por otro lado, cuando nos referimos al tratamiento mediante la inmunoterapia actual, sabemos que gran parte de su beneficio se vincula con esta respuesta inmunológica que se está produciendo en el paciente, para poder tener una respuesta antitumoral, y que los linfocitos T son los que primordialmente van a encabezar esta respuesta. Entonces surge el hecho de investigar si la inmunoterapia (inhibidores de CTLA-4 y PD-1/PD-L1) puede ser una buena opción para el paciente de edad avanzada donde esta respuesta inmunológica está alterada.

En uno de los estudios más importantes que se conocen acerca del melanoma, donde se evaluó ipilimumab en pacientes con melanoma metastásico, y donde observamos que había un beneficio muy claro en sobrevida global, el porcentaje incluido de pacientes mayores de 65 años de edad fue bajo, de 380 solamente 90 estaban en este rango, sin embargo, en el análisis de subgrupo este beneficio por inmunoterapia está presente.[11]

Otro estudio que evalúa el efecto de ipilimumab en pacientes de edad adulta (-70, +70) demuestra un beneficio claro para los pacientes +70 de sobrevida global, con 38% al año, y 22% a los 2 años, incluso 3% más que los pacientes menores de 70 años de edad. Además, en este estudio se observó una tasa de respuesta global de casi 15%, y una tasa de control de la enfermedad de 38%.[12]

Sobre los eventos adversos, otro estudio muestra que en grados 3 y 4, los términos son bastante considerables, comparados con los menores a 70 años de edad, ¿A qué se debe esta respuesta, si se supone que estos medicamentos aumentan la respuesta inmunológica? Tal vez el hecho consista en que existen ciertos mecanismos que balancean y equilibran este tipo de respuestas.

Uno de tales mecanismos, que puede explicar esta respuesta, consiste en que cuando se hacen los niveles de estos receptores inhibitorios, se observa que los pacientes con más edad tienen mayores niveles de CTLA-4, así como de otras moléculas en los linfocitos T, como CD4 y CD45, y esto también puede tener relevancia en pacientes tratados con inmunoterapia.[13]

La Dra. Escobar Arriaga agregó que la expresión de PD-L1 es un marcador de respuesta para algunos tumores, y al parecer esta expresión es independiente de la edad.

Por otro lado, para la terapia blanco existen 3 puntos, también relacionados con las respuestas inmunológicas, pero que son los que nos pueden dar un pronóstico de tolerancia y respuesta a este tratamiento: 1) polifarmacia, 2) comorbilidades, y 3) baja reserva funcional.

Aquí también el porcentaje de pacientes en terapia blanco es de aproximadamente 30%, de tal forma que la evidencia es más en análisis de subgrupos con pocos pacientes incluidos.

Por otro lado, todos los estudios llevan al hecho de que el perfil de toxicidad es diferente en los pacientes mayores de 65 años, de tal forma que cuando se va a iniciar el tratamiento, nuevamente es necesario considerar la toxicidad.

En un estudio realizado en pacientes de edad avanzada, con una proporción de 200 participantes, se observó que la eficacia es igual en ambos grupos etarios (< 70 años y >70), sin embargo, hubo una mayor toxicidad, siendo más importante la fatiga (60% frente a 69%), tos (20% frente a 29%), anemia (18% frente a  25%), edema periférico (17% frente a 27%), trombocitopenia (16% frente a25%), pérdida de peso (16% frente a 24%), y deshidratación (10% frente a 18%).[14]

La especialista concluyó que a diferencia de la inmunoterapia donde se conocen ciertas escalas que permiten predecir la toxicidad para los pacientes, para la terapia blanco no existe esta herramienta, además, aunque la mayoría de los inhibidores de la tirosina quinasa son propuestos para pacientes de edad avanzada, se requiere una estricta monitorización, y también aseguró que es necesaria una nueva clasificación para este grupo etario y los equipos que ya se están formando alrededor del mundo.

El Dr. Balch es el editor en jefe fundador de Annals of Surgical Oncology. También es el editor en jefe de Patient Resource Cancer Guides. La Dra. Escobar Arriaga ha declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

Lo importante de la longevidad es la calidad de vida y no la cantidad de años

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Hoy más que nunca parece que somos lo que comemos.

Hoy más que nunca parece que somos lo que comemos.

En los últimos años se ha incrementado la esperanza de vida en la mayoría de países desarrollados pero los expertos coinciden en que el debate de la longevidad debe centrarse más en la calidad de vida que en la cantidad de años.

Así lo han reconocido los asistentes al encuentro ‘Vivir más de 100 años. El camino de la longevidad’, organizado por el Observatorio de Bienestar de IMF Business School, donde se ha puesto de manifiesto los avances científicos van a permitir “vivir muchos más años y con mucha más calidad de vida”.

“Hay un aumento de la esperanza de vida gracias a la tecnología y la ciencia, pero las condiciones y el desarrollo económico también influyen”, ha destacado Clara Parapar, investigadora de la Fundación general del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que en cambio ha reconocido que a los investigadores no les preocupa tanto la edad a la que se llega sino las condiciones.

En ello influye la nutrición, ha añadido Elisa Blázquez, de la Clínica de Medicina Integrativa de Madrid, ya que “hoy más que nunca parece que somos lo que comemos” y se puede saber cómo evolucionará la salud también gracias a la alimentación.

Además, en las distintas zonas del planeta donde se observa una mayor esperanza de vida se cumplen ciertos patrones comunes, como el consumo de antioxidantes.

En el encuentro también han analizado el papel que puede jugar la criopreservación de cara a una supuesta inmortalidad, ya que hace ya años se empezaron a preservar las células madre del cordón umbilical y actualmente se pueden preservar también óvulos, espermatozoides o células madre de tejido adiposo.

“Por ahora no se pueden preservar los órganos porque se cristalizan, pero se está investigando si se puede criopreservar a una persona”, ha avanzado José Luis Mazuelas, consejero delegado de Fundación Vidaplus.

La actividad física debe recetarse como cualquier otro medicamento para mejorar la calidad de vida

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'Actividad física' no es lo mismo que 'deporte'.

‘Actividad física’ no es lo mismo que ‘deporte’.

La actividad física permite el desarrollo armónico de los órganos y sistemas implicados, haciendo que mejore la calidad de vida y se deje atrás el sedentarismo, y tan esencial es que “debe recetarse como cualquier otro medicamento”, según el director de la Unidad de Medicina Deportiva y Ciencias de la Actividad Física de Vithas Internacional, Juan Antonio Corbalán.

Hay que tener en cuenta que la ‘actividad física’ no es lo mismo que ‘deporte’, ya que este alude a una modalidad más o menos extrema de la primera, sometida a un reglamento; ni que ‘entrenamiento’, pues este es el método utilizado para alcanzar mejores cotas de rendimiento y excelencia en la práctica deportiva.

Así, “lo ideal sería tener unos hábitos de vida lo suficientemente activos, pero el estilo de vida actual, muy sedentario, no favorece la práctica de actividad física, de modo que esta se ha enlatado en diversos formatos para la práctica individual o colectiva, que van desde actividades livianas, como la marcha, la natación, la bicicleta, a otras más intensas y arriesgadas”, ha explicado Corbalán.

“El sedentarismo es en sí mismo un enemigo de la salud y está relacionado con muchas patologías actuales, como la cardiopatía isquémica, la diabetes, la hipertensión, el sobrepeso y la hipercolesterolemia, entre otras”, ha añadido el experto.

Por todo ello, los especialistas recomiendan la actividad física, pues esta ayuda a mantenerse ágil, mejora el bienestar mental, reduce los síntomas de la ansiedad y estrés y mejora el sueño, así como contribuir a mantener un peso adecuado, según señalan desde el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad en su ‘Estrategia de promoción de la salud y prevención en el Sistema Nacional de Salud (SNS)’.

“Desde un punto de vista estrictamente médico, la actividad física, junto con la nutrición y la hidratación óptimas, son los mejores aliados para mantener la salud con la mejor relación coste-beneficio” y es importante tener claro que “todo el mundo puede y debe hacer ejercicio, incluidos los pacientes con capacidades disminuidas por accidentes o enfermedades”, según Corbalán.

En esta línea, es “fundamental” que esta actividad esté adaptada a las capacidades de cada uno, ya que “el deporte mal prescrito y, por supuesto, el practicado sin el suficiente conocimiento técnico, no solamente pierde su bondad, sino que puede convertirse en un factor de riesgo añadido”, ha subrayado el especialista.

Bailar mejora la salud de las mujeres hipertensas (Med Clin)

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Las medidas analizadas fueron la presión arterial, la calidad del sueño y la calidad de vida.

Las medidas analizadas fueron la presión arterial, la calidad del sueño y la calidad de vida.

Un estudio liderado por la Universidad de Granada confirma que un programa de baile-entrenamiento específico y progresivo realizado durante ocho semanas mejora notablemente la presión arterial, el sueño y la calidad de vida en mujeres de mediana edad prehipertensas e hipertensas.

Este trabajo, publicado en la revista “Medicina Clínica”, ha sido realizada por investigadoras de los departamentos de Fisioterapia y Fisiología de la UGR, del Instituto de Investigación Biosanitaria y de la Unidad Docente de Medicina Familiar y Comunitaria de Córdoba.

En la investigación participaron un total de 67 mujeres de mediana edad prehipertensas e hipertensas. Los científicos diseñaron un ensayo aleatorizado y controlado, donde las participantes fueron asignadas a uno de 2 grupos: grupo control (donde las participantes continuaron con sus actividades y medicación habitual) o grupo de terapia de baile (donde las participantes siguieron un programa de terapia de baile, además de su medicación).

La intervención consistió en un programa de baile-entrenamiento específico y progresivo realizado durante ocho semanas, a razón de tres sesiones semanales. Los pasos de baile fueron específicamente seleccionados para mejorar el equilibrio, desplazando el cuerpo y reubicando el centro de gravedad.

Las medidas analizadas fueron la presión arterial, la calidad del sueño y la calidad de vida, estas dos últimas medidas por el Pittsburgh Sleep Quality Index y el Cuestionario Europeo sobre Calidad de Vida, respectivamente.

Los resultados demostraron que el grupo de intervención informó de mejoras significativas en los valores de la presión arterial, así como en la calidad del sueño y la calidad de vida en comparación con el grupo control.

La natación ayuda a aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida de pacientes con fibromialgia (Arch Phys Med Rehabil)

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Mejora la salud mental.

Mejora la salud mental.

Un estudio publicado en “Archives of Physical Medicine and Rehabilitation” realizado por investigadores de la Universidade Federal de São Paulo (Brasil) ha mostrado que la natación es igual de eficaz que caminar para aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida de los pacientes con fibromialgia.

Se trata de una enfermedad crónica afecta al 3% de la población general, especialmente a las mujeres y cuyos síntomas se caracterizan por dolor corporal, cansancio, alteraciones del sueño y síntomas neurosensitivos como hormigueos y calambres, así como alteraciones en el estado de ánimo derivadas de las dificultades generadas por la enfermedad.

“El ejercicio físico es un componente esencial de cualquier tratamiento para esta enfermedad y, de hecho, numerosos estudios han demostrado que el ejercicio aeróbico ofrece los mayores beneficios. No obstante, a no todo el mundo le gusta o es capaz de hacer este tipo de actividad física, por lo que hemos querido explorar nuevas opciones”, ha aseverado el profesor de Reumatología, Jamil Natour.

De hecho, en un artículo publicado en 2003, el equipo de Natour mostró que caminar era la mejor opción porque no sólo reducía el dolor, sino que también mejoraba la depresión y otros aspectos emocionales que padecen los pacientes con fibromialgia. Además, en otra investigación realizada en 2006 se puso de manifiesto que la natación en aguas profundas era también una buena opción para tratar esta patología.

Con el fin de corroborar los datos obtenidos en la última investigación, los científicos analizaron durante doce semanas a 75 mujeres sedentarias de entre 18 y 60 años que padecían fibromialgia. Todas ellas fueron divididas en dos grupos: 39 practicaron tres días a la semana natación estilo libre mientras que otras 36 caminaron al aire libre.

Antes y después del entrenamiento, los investigadores analizaron la intensidad del dolor que experimentaban las participantes en una escala de 0 (sin dolor) a 10 (dolor insoportable), comprobando que la media del grupo que estuvo caminando se situaba en 3,6, mientras que la de la natación en el 3,1.

“Un descenso de al menos 2 punto en la escala de dolor se considera clínicamente significativo”, han asegurado los expertos, para informar de que la mejora de la calidad de vida fue prácticamente similar en ambos grupos, pero las relaciones sociales mejoraron más en el grupo de la natación que en el que estuvo caminando, al igual que la salud mental.

Cuidar la imagen física mejora la autoestima, la salud y la calidad de vida de las personas mayores

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Ayuda a mantener la autonomía.

Ayuda a mantener la autonomía.

Cuidar la imagen física refuerza la identidad y trabaja autoestima, lo que se traduce en una mejora de la salud y la calidad de vida de las personas mayores, según ha asegurado el jefe de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores, David Curto.

“Los cánones de belleza de la sociedad, muy ligados a la imagen de juventud, no ayudan a aceptar los cambios en la imagen producto de los años. Es fundamental no infravalorar la importancia de sentirse bien a todas las edades. Dedicar atención y tiempo al aspecto físico ayuda a verse mejor, a quererse más y a asumir mejor estos cambios”, ha recalcado.

Además, el cuidado de la imagen comprende tanto elementos de estética como hábitos de salud e higiene personal como la higiene bucal, la hidratación de la piel, la ducha diaria o el cuidado del cabello, que afectan de manera directa a la imagen personal. Por la parte estética, el experto ha señalado que la manera de vestir, el peinado o, en el caso de las mujeres, el maquillaje, contribuyen a la imagen total e, incluso, pueden dar pistas para interpretar el estado de ánimo.

“Es importante no abandonarse, quererse y aceptarse a cualquier edad y asumir con naturalidad el paso de los años. El continuar con el cuidado rutinario de la imagen ayuda a esa aceptación, lo que evita caer en la desgana y por tanto redunda en una mejor salud psíquica”, ha apostillado Curto.

Dicho esto, el experto ha explicado que en el ámbito residencial se trata de facilitar a los profesionales, familiares y usuarios las estrategias y herramientas adecuadas para mejorar la idea que se tiene de uno mismo y la valoración que se hace de esta. “Los recursos son amplios. Desde un simple consejo a la hora de vestir a programas de actividad física, un taller de maquillaje o servicios de peluquería”, ha enfatizado.

Asimismo, en aquellas personas que precisan de la ayuda de otras para realizar las actividades de la vida diaria y, por tanto, para su cuidado, los responsables de su atención directa, tanto familiares como profesionales, asumen un papel clave. En este punto, el cuidado de la imagen se realiza desde la perspectiva de ayudar a mantener, en la medida de lo posible, la autonomía de la persona. Respetar la privacidad y establecer rutinas para los hábitos de higiene diaria o para vestirse son otras dos pautas que ayudarán en esta labor.

“Es importante no olvidar que la imagen es el primer reflejo físico de nuestra personalidad, por lo que es importante fomentar la autonomía de elección incluso en personas dependientes. Por ejemplo, la ropa es uno de los elementos que más influye en la imagen personal y expresa mucho acerca de la persona. Casi todos los pacientes con demencia tienen dificultades para vestirse; en este caso habría que incorporar a los necesarios criterios funcionales, criterios que también ayuden a estas personas a sentirse bien con su aspecto”, ha zanjado Curto.

La terapia con animales reduce la posibilidad de padecer enfermedades y aumenta la calidad de vida

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Tener mascota es beneficioso para la salud en el ámbito físico, psíquico y social.

Tener mascota es beneficioso para la salud en el ámbito físico, psíquico y social.

Cada vez hay más evidencias científicas que demuestran que tener mascota es beneficioso para la salud en el ámbito físico, psíquico y social porque “la terapia asistida con ayuda de animales demuestra que disminuye la depresión involutiva, ayuda a las personas con enfermedad y canaliza en las emociones, por lo que las personas son más felices e influye en la calidad de vida”, ha asegurado el Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Jesús Sánchez Martos, durante la jornada ‘Las mascotas como promotoras de salud’.

“Un animal aporta un aspecto positivo a las personas y lo que los veterinarios pretendemos es que, si los animales son bien tratados y educados, no tiene porque haber ningún problema”, ha declarado el presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid, Felipe Vilas.

En este sentido, para que un animal sea positivo “lo que se requiere es que tenga la mejor condición de bienestar animal; tener una atención sanitaria, un entorno acorde con sus características, una buena alimentación y asegurarnos que se desarrollan los vínculos afectivos que hacen que el animal sea feliz”, añade el presidente.

Este es, entre otros, uno de los objetivos de la jornada. Reflejar la necesidad y el beneficio de tener un animal de compañía porque está demostrado que mejora la calidad de vida en general, y más detalladamente la de las personas más desfavorecidas.

El Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid ha hecho hincapié en la importancia de las mascotas para mejorar la salud recordando que “antes de la evidencia científica, me basaba en lo que veía y nunca olvidaré la mirada de mi perro, porque las emociones de los animales se reciben”.

“Tener una mascota favorece a no padecer enfermedades cardiovasculares, porque pasear tres veces al día a un animal hace que hagas ejercicio”, subraya Sánchez Martos. Además, “con las mascotas desaparece la soledad porque gracias a tu mascota se fomentan y funcionan las relaciones sociales”.

Tal y como han señalado durante la jornada, los animales son capaces de canalizar las emociones, a veces “incluso más que nosotros mismos”, advierte Sánchez Martos. “Soy consciente de que el perro sabe cuando estás mal y nos ayuda y, además, ellos tienen más memoria histórica que nosotros para recordar”.

Las prácticas y evidencias han demostrado que la teoría del vínculo entre el animal y el ser humano se cumple, “sobre todo para los niños pequeños y para favorecer el vínculo terapéutico”, ha indicado la coordinadora de la Cátedra de investigación Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid), Nuria Máximo Bocanegra.

Entre los beneficios para la salud más evidentes “el convivir con un animal favorece a la disminución de la presión arterial, del colesterol”, señala Nuria Máximo. Asimismo, “los enfermos cardíacos tienen mayor probabilidad de sobrevivir porque aumenta hasta 8,6 veces más que para quienes no tienen perro”.

Desde un punto de vista médico, el director médico del Hospital Universitario Sanchinarro, Carlos Mascías, ha asegurado que “la salud no solo es la ausencia de enfermedad porque las mascotas son promotoras de la salud”.

Tener y querer a un animal de compañía “favorece a un mejor desarrollo del sistema inmunológico, a una menor incidencia de sufrir alergias, reduce el estrés y el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular”, ha añadido el experto.

Respecto a las enfermedades crónicas, tener mascota beneficia a pacientes que padecen cáncer, autismo, demencia, Alzheimer, sida, algún tipo de discapacidad, o enfermedades mentales como la esquizofrenia, la depresión y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), entre muchas otras.

En el caso de personas con cáncer “está demostrado que funciona, sobre todo en niños; hay muchos estudios que demuestran como rebajan la ansiedad y la sintomatología el tener una mascota”, ha subrayado Nuria Máximo. “La terapia asistida hace que funcione ese vínculo y, para eso, se tiene que entrenar a los animales y debe haber un gran equipo detrás, entre ellos, un médico”, añade.

En ocasiones, la terapia con animales no funciona y, por esta razón, es necesario estudiar las características del animal y de las personas como su situación social, económica y cultural.

A la hora de tratar con un animal, “en la cúspide de la pirámide debe estar el bienestar animal, seguido de la evidencia científica y la profesionalidad regulada del sector en cuanto a formación se refiere”, ha concluido Nuria Máximo.

El objetivo de los profesionales que trabajan para conseguir la intervención animal en la salud de las personas es “poner al alcance de las personas menos favorecidas los beneficios de los animales, así como invertir en proyectos de investigación”, ha destacado la directora de la Asociación Yaracán, Begoña Morenza.

“Las intervenciones trasladan de forma profesional los beneficios de las mascotas a entornos terapéuticos y educativos; actualmente, trabajamos con dos colegios públicos y los resultados son tremendos”.

Respecto al proceso de intervención asistida en personas con algún trastorno o enfermedad, la asociación trabaja a nivel cognitivo, psicomotriz, comunicativo, social y emocional.

“El perro es el factor sorpresa porque no juzga, ni critica y su acercamiento no es invasivo”, ha asegurado Begoña Morenza, quién ha añadido que el animal “es un potente estímulo que genera mucha motivación porque muchos de los problemas de los pacientes son la falta de ganas”.

En lo que se refiere al desarrollo, “si al perro no le guiamos adecuadamente, no es una sesión de terapia; la forma correcta es sincronizar las necesidades de las personas que acuden con los objetivos del programa para que sea eficaz”, insiste.

La psicología busca “ayudar a las personas a encontrar sus propios recursos para alcanzar su nivel óptimo de bienestar”, ha indicado la experta en psicomotricidad terapéutica y presidenta del Centro Integral de Terapias y Animales, Katya Vázquez Quer.

“Todo el mundo quiere la felicidad pero nos cuesta mucho conseguirla; hay que encontrar ese equilibrio entre lo que sentimos y lo que nos viene de fuera” y esto se puede conseguir gracias a los animales porque “se puede llegar a todos los parámetros de salud de la persona”.

Desde el punto de vista psicológico y emocional, “los animales nos hacen ver que las cosas son más sencillas y que nada es tan complejo, por lo que reduce la desesperación”, apunta la psicóloga.

La experta ha insistido en que los perros “comparten la tristeza y ofrecen una ayuda mutua por lo que el equilibrio emocional con los animales es bueno para la salud psicológica porque nos hacen ver lo que realmente importa”.

En este sentido, ha presentado el programa ‘Menudo Panorama’ que sirve como motivación para trabajar en sesiones que parecen un “rollo” y, lo más destacado del método es que combina psicomotricidad, animales, naturaleza, agua, música y arte.

También “tenemos talleres como inteligencia emocional, prevención de fobias y formación en valores con perros; trabajamos muchos problemas de conducta como el trastorno negativista desafiante, el TDAH o la dificultad de aprendizaje”, ha concluido.