artritis psoriásica

#El control de la #artritis reumatoide reduce un 80% el riesgo CV

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Un tratamiento adecuado de la artritis reumatoide disminuye el riesgo de infarto o ictus. Así lo desvela un estudio presentado en Eular que se celebra estos días en Madrid.

Artritis reumatoide.

La remisión de la artritis reumatoide (AR) se asocia con una disminución del 80% en el riesgo cardiovascular (CV) de estos pacientes, según concluye un estudio presentado en el congreso anual de la Liga Europea de Reumatología (Eular 2019), que se celebra hasta el sábado en Madrid.

Los hallazgos de este trabajo, cuyas conclusiones ha presentado hoy en rueda de prensa uno de sus investigadores, Piero Ruscitti, de la Universidad de L’Aquila, en Italia, enfatizan en la importancia de controlar la artritis reumatoide, más allá de la supresión de los síntomas, pues de ello depende también que disminuyan las complicaciones cardiovasculares.

En total se estudiaron a 797 pacientes con AR a lo largo de tres años, en los que se objetivó la reducción del riesgo de infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca e ictus. Además, también en los pacientes en remisión se demostró una disminución del 75% de riesgo de enfermedad cardiovascular preclínica, definida como ateroesclerosis observada mediante ecografía.

Ruscitti ha destacado que este trabajo apoya la idea de que “los procesos inflamatorios sistémicos y los riesgos cardiovasculares “tradicionales”, entre ellos de forma destacada la diabetes tipo 2, actúan juntos para elevar el riesgo CV en los pacientes con artritis reumatoide”.

Féline Kroon, de la Universidad de Leiden, durante la rueda de prensa en Eular.

Féline Kroon, de la Universidad de Leiden, y otros de los investigadores, durante la rueda de prensa en Eular.

Prednisolona en artrosis de mano

El comité de selección de abstracts de Eular también ha destacado hoy otro estudio que demuestra que bajas dosis de prednisolona pueden aliviar el dolor y mejorar la funcionalidad de los pacientes con artrosis de mano incapacitante. El glucocorticoide se emplea en enfermedades inflamatorias reumáticas como la AR, el lupus, la polimialgia y la pero no había evidencias suficientes que avalaran su uso en la artrosis de mano.

Al comparar su administración, en dosis de 10 mg, frente a placebo, se ha constatado una mejoría significativa en el dolor, así como en la funcionalidad de a mano. Esa mejoría se detenía cuando el paciente dejaba de tomar el medicamento. No obstante, ha apuntado Féline Kroon, del Centro Médico de la Universidad de Leiden, en Países Bajos, este trabajo podría suponer “un primer paso hacia la consecución de tratamientos para esta afección”.

“Qué hay de nuevo en Reumatología”

De hecho, la artrosis, la enfermedad reumatológica más prevalente, es una de las más necesitadas de nuevas terapias, como ha reconocido el presidente electo de la Sociedad Española de Reumatología (SER), José María Álvaro Gracia. Este especialista, actual jefe de Servicio de Reumatología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, en Madrid, ha recordado a DM que si bien no es de esperar que durante el congreso europeo se presenten avances definitivos en la curación de la artrosis, sí se espera la comunicación de más datos sobre nuevas dianas terapéuticas o los mecanismos patológicos que arrojen luz en el tratamiento de esta enfermedad tan prevalente.

Durante estos días en Madrid, los más de 14.000 asistentes al Eular conocerán también los resultados de algunos de los estudios en marcha sobre enfermedades autoinmunes sistémicas, como el lupus o la esclerodermia, así como acerca de las nuevas moléculas de la familia de los inhibidores de JAK para las enfermedades inflamatorias crónicas articulares, como la AR, la artritis psoriásica y la espondiloartritis.

Al margen de los estudios sobre fármacos, pero de forma vinculada, el congreso también acogerá, entre los 5.000 estudios presentados, las conclusiones de algunas investigaciones en big data y en la enfermedad reumatológica. Uno de los retos actuales del reumatólogo, matiza Álvaro Gracia, es “seleccionar el fármaco adecuado para cada paciente con AR, entre múltiples opciones. A ello podrían ayudarnos los biomarcadores identificados gracias a la aplicación de estas nuevas tecnologías”.